POR PAMELA KRIBBE
Extraido de compartiendo luz con sol
Queridos amigos, queridas hermanas y hermanos, yo soy María Magdalena, su hermana amiga. Estoy encantada de estar aquí con ustedes hoy. Son seres hermosos, cada uno de ustedes. Desearía que pudiesen ver su propia belleza a través de mis ojos. Se preocuparían menos por lo que otras personas piensan de ustedes, y se sentirían más libres.
Están tan preocupados por ustedes mismos todo el tiempo. Se están preguntando si están haciendo lo correcto, si tienen el conocimiento adecuado, pero todo lo que realmente necesitan para encontrar su camino en la vida está dentro de ustedes mismos. Tienen un radar dentro de su ser y este radar, esta guía interior, está dentro de su abdomen.
Hoy quisiera hablar acerca de la importancia de descender dentro de su abdomen y de llegar a estar realmente presente en ese nivel. Es un hecho trágico que muchas mujeres no se sientan cómodas con su propio abdomen, que, en términos corporales, es el asiento de las emociones. El abdomen también es el asiento de la intimidad y de la sexualidad y es donde los bebés son concebidos y desarrollados. Por lo que el área del abdomen está profundamente relacionada y entrelazada con la vida en la Tierra.
Como mujeres, se les dice que es importante dar y abrir su corazón a las necesidades de los demás. De hecho, gran parte de la espiritualidad está centrada en el despertar del corazón. Pero yo veo a muchos de ustedes, especialmente mujeres, sufriendo por un corazón demasiado abierto, en lugar de un corazón demasiado cerrado. Su corazón está muy abierto y fácilmente se extiende hacia los seres y energías que están a su alrededor, pero su abdomen está relativamente cerrado. En su abdomen reside un gran poder; es el poder de dar a luz, el poder de la verdadera y profunda conexión con la Madre Tierra y el gran ritmo de la vida.
Las personas en general, y ustedes como una cultura, se han vuelto miedosos de estas grandes fuerzas de la vida, porque van más allá del control de la mente o de la voluntad. Las mujeres instintivamente saben cómo montar las olas de estas fuerzas, pero se han vuelto alienadas de la capacidad de sintonizarse con ellas. Las mujeres son seres muy fuertes, en verdad, y desearía que pudiesen conectarse más profundamente con su propia fuerza.
Les pido a todos ustedes, tanto hombres como mujeres, que ahora se conecten más profundamente con el centro de su abdomen. Simplemente tomen conciencia de esta área y de su respiración yendo ahí hacia abajo cada vez que respiran. Su abdomen es su ancla, energéticamente hablando, les da raíces dentro de sí mismos. Desciendan a su abdomen y ustedes podrán sentir que sus piernas se vuelven más pesadas y conectadas a tierra.
Ahora imaginen que dentro de su abdomen hay un gran “ojo”. Este “ojo” mira a su alrededor con mucha calma y claramente. En comparación con las energías de su corazón y de su mente, la energía de este “ojo”, en el centro de su abdomen, es muy serena y tranquila, muy sólida y estable. Piensen en la naturaleza y cómo se producen los ritmos de la naturaleza fácilmente y de manera constante. Las estaciones van y vienen y todo fluye naturalmente pro sí mismo. Ustedes son parte de este ritmo de la naturaleza, así que conéctense con la conciencia femenina en su abdomen.
Ahora giren ese “ojo” de su abdomen hacia arriba y miren el área del corazón. ¿Cómo se siente su corazón? ¿Pueden ustedes realmente amarse y cuidarse? Dentro de su abdomen ustedes saben que es necesario un equilibrio entre dar y recibir, porque ésa es la ley de la naturaleza. Su abdomen sabe que no sirve de nada dar demasiado, y hacer eso no honra el equilibrio natural de la energía. Imagínense a ustedes mismos en una situación en su vida cotidiana en la cual sientan que su energía llega a drenarse o a agotarse. Imaginen que están ahí y ahora mírenlo con el ojo de su abdomen mientras permanecen presentes en su abdomen. Desde el abdomen pueden verlo de una manera muy tranquila e impersonal.
Es realmente gracioso, en cierto modo, porque la parte más baja de su cuerpo, los centros de energía inferiores, por lo general se considera que están conectados con el ego. En realidad su abdomen tiene una sabiduría que va mucho más allá del ego. Puede enseñarles a estar realmente aquí por sí mismo y a protegerse cuando sea necesario. Sientan cómo su abdomen quiere nutrirlos. Las mujeres no son buenas para nutrirse a sí mismas. Ellas ponen un montón de demandas sobre ellas mismas y les resulta difícil defender lo que reamente sienten. Y los hombres que tienen un fuerte lado femenino, un lado sensible, pueden tener este mismo problema.
Para aclarar y ayudarlos con esta cuestión de la sensibilidad y de la pérdida de energía en fuerzas externas, me gustaría invocar una imagen que es familiar a su cultura y que es la imagen o la energía del Buda.
La energía del Buda es muy tranquila y calmada, también muy arraigada y conectada con la Tierra. Desde el abdomen se puede acceder muy fácilmente a la sabiduría del Buda.
Simplemente imaginen cómo sería ser el Buda, lo que sería tener ese tipo de presencia, ese tipo de calma, esa clase de tranquilidad. ¿Sienten la paz brotando desde el abdomen?
El Buda tenía un corazón abierto; su corazón estaba lleno de compasión por otros seres vivos. A pesar de que se preocuparía por su sufrimiento y querría ayudar a aliviarlo, el aún permanecería centrado en su propio ser. Dejen que su poder, su energía, fluya a través de ustedes; es parte de su cultura. Si conectan su corazón con su abdomen, todo el tema de la sensibilidad será diferente para ustedes.
A menudo, cuando ustedes llegan a los demás para ayudarlos y asistirlos, y absorben sus energías, piensan que pueden ofrecer una solución a sus problemas. ¿Se les ha ocurrido a ustedes que es muy presuntuoso asumir que conocen la solución? Podría ser que ustedes realmente no sepan cuál es la solución correcta para ellos. Tal vez ustedes sólo están impacientes por recuperar la armonía, por ver una sonrisa en sus caras o por obtener su aprobación.
Suelten esa ansiedad, ese deseo. No resuelvan los problemas de los demás. Cuando se conectan con el “ojo” en su abdomen, ustedes ven las cosas y sienten compasión, pero no se sienten tan inclinados a resolver los problemas de los demás.
La clave para la verdadera compasión hacia los demás es que, aunque empatizan con ellos, ustedes se quedan confiando en que ellos poseen la solución para sus problemas. Están convencidos de su fuerza y esto traerá paz a su mente. Ustedes comprenden, desde el nivel del abdomen, que el proceso de crecimiento lleva tiempo y que ustedes mismos están en un proceso de crecimiento. Con frecuencia la necesidad de asistir, de dar, de ser de ayuda a los demás, está relacionada con una inseguridad dentro de ustedes mismos. Temen no ser lo suficientemente buenos y por lo tanto tienen que lograr algo, o ser alguien para otra persona. De hecho, ustedes son más útiles a los demás si se conectan con esa naturaleza del Buda dentro de ustedes mismos. La calma, la tranquilidad que entonces ustedes irradian los tranquilizará.
También significa algo para ustedes mismos; significa que son lo suficientemente buenos incluso cuando no hacen nada, o no ayudan a alguien o no significan algo para alguien más. Ustedes son buenos como son, porque son una parte de la naturaleza. Como un árbol, como una flor o como una montaña, ustedes tienen derecho a ser, simplemente porque son una parte del todo. No tienen que probarse a sí mismos. Un animal o una flor no sienten la necesidad de defenderse para ser, simplemente están ahí – ustedes simplemente están ahí. Son una expresión del espíritu, de la unidad, ¡y eso es suficiente!
Extrañamente, aunque debería ser tranquilizador para ustedes, es un poco un soplo para su ego. Su parte de ego dentro de ustedes quiere ser alguien, quiere ser útil, quiere hacer la diferencia. ¿Pero es eso lo que su alma realmente quiere de ustedes? No lo es, porque su alma está en paz consigo misma. Sí, busca la expresión en el mundo externo, quiere compartirse como una flor comparte su belleza, pero no necesita probarse o justificar su existencia. Tan sólo dense cuenta que no hay mucho que lograr en su vida como ustedes piensan. Realmente pueden relajarse un poco más. Ustedes son una parte de la totalidad, nada puede cambiar eso.
Reclínense hacia ese sentimiento natural que impregna toda la naturaleza. En su vida cotidiana, siempre que se preocupen acerca de asuntos a resolver o problemas a solucionar, maneras de cómo tratar con otras personas, tomen una respiración profunda una vez cada tanto y conéctense con su abdomen. Su cuerpo es una puerta de entrada a tanta sabiduría.
Siempre que se sientan agotados o tensos, encuentren formas de relajar su cuerpo, porque eso los llevará más fácilmente de vuelta hacia su ancla, su base.
Quisiera terminar este mensaje simplemente diciéndoles que los adoro. Amo su belleza y quisiera que jugaran un poco más en sus vidas, sean más como pequeños niños que aún no son conscientes de que tienen que logar algo o ser alguien. Esa es, de hecho, la forma más fácil de conectarse con su alma y de ser ustedes mismos sin culpa o vergüenza.
© Pamela Kribbe
jeshua.net
Pamela canaliza a María Magdalena
Traducción del inglés por Sandra Gusella