Escucha sentado y tranquilo lo que dice el Maestro Saint Germain: “A quien más le temen las hordas del mal es a quien no le teme a nada. Así que no teman invocar El Poder Solar; el Poder de la Llama Violeta y el Control del Cristo Cósmico, y vean los efectos sobre aquellos que no eligen hacer lo correcto”.
Decreta:
“Yo no temo a nada ni a nadie; la Llama Violeta está en mí”.
Ponte de pie, y haciendo con la mano derecha gestos circulares alrededor de tu cuerpo, decreta:
“YO SOY el Amor, la Misericordia y el Perdón de la Llama Violeta Consumidora, redimiendo toda guerra, bombas, municiones de guerra y toda profanación que marchite la Tierra”.
Gracias Padre porque Así Es.
Extraído del libro: “Ejercicios de la Llama Violeta”. Rubén Cedeño. Editorial Señora Porteña