Cuando estamos en una de estas situaciones:
1. Cuando nos sentimos rechazados.
2. Cuando nos sentimos solos.
3. Cuando tenemos hambre.
4. Cuando elevamos el tono de la voz.
Cuando se dan estas cuatro situaciones o alguna de ellas, es el niño herido solicitando ayuda.
Esta temática es antigua, los Mayas la estudiaron a fondo, y a esa parte herida del ser la llamaron "El Niño Mágico." De idéntica manera, el Psicoanalista Suizo Carlos Jung, llamó a este aspecto nuestro "El Niño maravilloso.
La parte sana del Niño conoce la sabiduría del alma y nuestra Misión de Vida.
Uno de las formas más rápidas para sanar es trabajar con el Niño Interior.
Quien ignore este niño tendrá problemas en su vida que se reflejarán en la vida adulta como adicciones, dificultad para relacionarse, problemas de pareja, y otros.
Cuando amamos al niño, nos estamos amando a nosotros mismos.
El niño es sensual, amoroso, tiene mucha fe, y responde positivamente a las muestras de afecto que le ofrezcamos.
Felíz noche, José Gabriel Agesta.
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